PorPam Berrios, directora de capacitación y desarrollo multicultural
Como una corporación grande, entendemos que la diversidad, la equidad y la inclusión son los componentes necesarios clave para un mejor desempeño financiero, una mejor toma de decisiones, un mejor reclutamiento de talentos, una retención más prolongada y el compromiso general de los empleados. Sin embargo, no podemos lograr nada de eso a menos que hagamos un esfuerzo diario consciente para conocer y aceptar y respetar genuinamente la individualidad de todos.
Lo más importante que debemos entender cuando hablamos de diferencias culturales es que todos, sin excepción, tenemos prejuicios. Estos se basan en nuestros propios antecedentes, cultura y experiencias personales y, a menudo, se originan a una edad muy temprana. Esta realidad, sin embargo, no significa que estemos necesariamente predispuestos o inclinados a discriminar a otras personas. Simplemente significa que nuestro cerebro está funcionando de una manera que hace asociaciones y generalizaciones basadas en lo que ha experimentado en la vida.
Evitar los prejuicios por completo puede ser difícil, pero ser consciente de su existencia y esforzarse por minimizarlos puede ayudar. Una forma en que nosotros, como individuos, podemos trabajar hacia un lugar de trabajo más inclusivo es aprender sobre nuestras diferencias culturales y trabajar para comprenderlas, de modo que podamos intentar cerrar la brecha. Con la fuerza laboral multicultural que tenemos aquí en Ruppert, es importante que cada uno de nosotros se interese en conocer a los miembros de nuestro equipo. Para los gerentes, este es un paso crítico en la gestión transcultural. ¿Qué hace que cada miembro de su equipo sea quién es? ¿Cuál es su experiencia pasada? ¿Su país de origen? ¿Sus valores? ¿Sus desafíos? ¿Sus metas? ¿Cómo podemos ayudarlos a lograr sus aspiraciones? Estos son los bloques de construcción críticos que le permitirán comunicarse de manera efectiva con su equipo y motivarlo.
Aquí hay algunas diferencias culturales dentro de nuestra fuerza laboral Latinx que debemos tener en cuenta:
- Jerarquía en el lugar de trabajo y armonía social: muchos latinos provienen de sociedades muy orientadas a las clases sociales y, por lo tanto, tienen una visión muy tradicional de la jerarquía en el lugar de trabajo y se ven a sí mismos como separados de sus supervisores. Es posible que prefieran hablar con los supervisores de manera más formal y no se sientan cómodos con el nombre de pila.
- Evitando el conflicto potencial: algunos empleados de cultura Latinx pueden ser reacios a dar una respuesta negativa cuando se les hace una pregunta y tienden a evitar la confrontación. No es raro responder con “¡Todo bien!” o “¡Si!” cuando se le hace una pregunta frente al equipo, incluso si hay un problema, para asegurarse de que su supervisor no pierda la fe en sus capacidades. Para asegurarse de que todos los detalles se hayan comunicado con precisión, los supervisores deben aprender a hacer preguntas específicas, abiertas e indagatorias a sus empleados y, cuando sea posible, dedicar un tiempo uno a uno para llegar al meollo del problema.
- Ganándose la confianza: en la cultura Latinx, la confianza no se otorga automáticamente; se gana. Por ejemplo, los estadounidenses tienden a referirse a las personas con las que trabajan o conocen periféricamente como “amigos”, mientras que se tarda más en la cultura Latinx ganar el título de “amigo”. Esta es también una razón por la que los miembros de la familia terminan trabajando juntos con tanta frecuencia; prefieren trabajar con personas de su confianza. Como supervisor, es importante desarrollar la confianza con sus empleados latinx haciendo un esfuerzo por ser más amigable, preguntar por sus familias y de dónde son, e incluso si no sabe mucho español, una sonrisa y un apretón de manos pueden recorrer un largo camino.
- Gestos, comportamientos y humor ofensivos: con la barrera del idioma, algunas cosas simplemente se pierden en la traducción o no son graciosas. Por ejemplo, chasquear los dedos a un empleado latino podría ser muy ofensivo (un gesto que generalmente se reserva para los animales), al igual que una broma a sus expensas o a expensas de un familiar. Tenga en cuenta cómo lo que dice puede parecerle a alguien que no entiende la broma o el gesto. Del mismo modo, el lenguaje soez y el fumar / mascar tabaco mientras trabaja puede considerarse una falta de respeto para su empleador y sus compañeros de trabajo.
Si bien estas generalizaciones son útiles para comprender los comportamientos y las motivaciones, es importante reconocer que no todos los latinos provienen del mismo origen o tienen la misma experiencia vivida y deben ser tratados individualmente. Pero con una base de entendimiento cultural en su lugar, podemos comenzar a generar confianza y respeto y trabajar juntos de manera más efectiva. Y aunque siempre alentamos a los miembros de nuestro equipo de habla hispana a que dominen el inglés, especialmente si quieren progresar en su carrera, siempre es un gesto bien recibido cuando los gerentes y los miembros del equipo hacen el esfuerzo de comunicarse en español también. Aprender algunas palabras y frases específicas de la industria en español y tratar genuinamente de conectarse, incluso si se siente incómodo o torpe, finalmente fomentará un mejor diálogo entre todos los involucrados. En resumen, cuando se viene desde dos perspectivas muy diferentes, a veces encontrarse a mitad de camino marca la diferencia.